Origen. Juego. Poesía.
Aurora es mi viaje de regreso al arte.
Un mapa que conecta la maternidad, el juego y la poesía.
Porque aunque siempre he pintado, me daba miedo hacerlo en serio. Y la forma que encontré de volver fue jugando.
Pintando en cartones o papeles arrugados con mis hijos. Volviendo al principio, como un mapa que lo conecta todo.
Aurora es el segundo buque utilizado en la exploración a la Antártida organizada por Shackleton en 1914. Una imagen muy recurrente en la poesía de Emily Dickinson, y también el poema que Federico García Lorca escribió en Nueva York.
Aurora son los inicios, como cuando Lorca hizo su primer (y único) papel en La vida es sueño. Luis Rosales escribió: "Saltaba el telón y estábamos ante la creación del mundo”.
Esta es una expedición que invita a contemplar ese preciso instante en el que empieza todo.
Una mirada al universo y las estrellas.

Poemas visuales
De todo este viaje nacen mis poemas visuales: parten del juego y la mezcla de técnicas como el collage, la pintura, ilustración, escritura, graffiti…
Reutilizo lo que encuentro en mis expediciones. Juego con la materia para resignificar fragmentos y soportes que aparentemente han perdido su utilidad.
Y es que todo lo que hecho, ya existía antes: los papeles de colores volando por la calle, el celofán de los regalos de tantos días de la madre. Todo lo que recorté de una caja de crema antiarrugas, los pájaros que pinto sobre cartones, las partituras antiguas y los papeles sobre los que mis hijos y yo estampamos explosiones de pintura durante un montón de domingos por la tarde.
Todo estaba ya. Y yo lo vi y jugué a atraparlo, como cuando juegas a atrapar las motas de polvo que se filtran por la ventana.
Aurora nace de lo pequeño, y aunque vaya expandiéndose hacia formatos grandes que me permiten crear con libertad, sigo recogiéndome en mis inicios, donde experimento sin miedo.
Porque la creación es como un gran parto.
Estamos siempre volviendo a casa.