Cuento historias

En cuadernos, libros, columnas, canciones, lienzos…

Nunca supe muy bien a dónde iba, pero se me daba bien dibujar y contar historias. Estudié Periodismo, pasé por diferentes medios y, un día, empecé a escribir rollos en un blog mientras cosía coronas de flores.

No vendía ni una, pero la gente me leía. Y yo intentaba rascar algo de pasta mientras buscaba un nombre que lo abrazara todo.

Lucía Be. Simplemente me corté el apellido.

Desde entonces han pasado muchas cosas. Puede que haya vivido varias vidas. O solo una, la mía, como ese fabuloso cohete amarillo del que hablaba Jack Kerouac.

Pero nunca he dejado de escribir ni de dibujar.

Al final, es lo único que se me da —más o menos— bien.

ESCRITORA

En un curso de escritura con un tipo entendido, tocó presentarse.

— Soy escritora. He escrito tres libros. Mi editor me va a matar porque le debo el cuarto desde hace un año. 

Listo. Siguiente.

Cuando acabó la ronda, el tipo nos regaló su reflexión: estaba “súper a favor” de que gente como yo dijera que es escritora… si es lo que realmente quiere ser en la vida. 

Persigue tus sueños y esas cosas de la vida. Ajá. Muy agradecida.

Mientras daba la clase, le escribí un poema. Le siguieron bastantes más. No sé qué le parecerá a mi editor, pero super a favor de publicarlos.

¿Me presento ahora como poeta?

Libros publicados

Columnista

Antes que la materia, está la voz que la nombra. La frase como BIG BANG.

Cada jueves, en Elle, mis Cartas al universo. Sesudas reflexiones, la teoría de los multiversos, física cuántica, maternidad y… qué carajo: mi vida en formato columna desde hace año y medio. 

Todo empezó tal que así…

Querido Universo,

Hoy es mi cumpleaños. Se supone que debería estar en Albuquerque -Nuevo Mexico. Al menos, eso es lo que dijo la mujer que me leyó la revolución solar: allí se concentra toda la energía para que este año fluya. 

Aquí estoy en el sofá zampándome una bolsa de patatas fritas con una resaca del mil mientras mis hijos ven “La banda del patio”. No me quiero imaginar la que se me viene encima.

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Speaker

El escenario es otro lienzo. Siempre me ha dado pánico hablar en público, pero llevo dando turras tanto tiempo que, sin elegirlo, la vida me ha llevado a subirme a muchos para seguir largando en otro formato. 

Cuento historias porque nos salvan. Por esas voces que alguien escribió hace años y aparecen para decirnos: lo que estás sintiendo ya lo sintió alguien antes y sobrevivió. 

Y cuando me subo al escenario, me siento parte de algo más grande. 

Hablo de procesos personales que cambian vidas.

De emprender con (y sin) mapa.

De creatividad como forma de vida.

Porque creo que todos tenemos una gran historia. Y merece ser contada.

Let´s talk